El
día 17 de Septiembre de 1840, durante
el segundo período del Gobierno del
General José Antonio Páez; envió,
el entonces Ministro de Relaciones Interiores,
Doctor Ángel Quintero, una carta al
Coronel Agustín Codazzi, residente
en Francia. En dicha carta, el Ministro Quintero
solicitaba a Codazzi información “sobre
terrenos incultos, propios para fundar pueblos
y empresas de agricultura, minerías
y otras industrias de fácil desarrollo,
a fin de propiciar la traída de emigrantes
europeos”.
Entre la carta de Ángel Quintero y
la llegada del primer grupo de inmigrantes
a la Colonia Tovar, fue necesario un gran
esfuerzo de consultas, gestiones oficiales
y exploraciones por parte de Codazzi, en las
cuales intervinieron personas de todas las
clases sociales.
Todo ese esfuerzo hizo posible que un contingente
de familias, en su mayoría alemanas,
pudieran establecerse en este hermoso y alto
valle donde nace el río Tuy, y hacer
de él su morada definitiva y la de
sus descendientes, uniendo su futuro al de
Venezuela.
Más del 90% de la inmigración
original de la Colonia Tovar provino de la
región de Kaiserstuhl, dentro del Gran
Ducado de Baden, situado al suroeste de Alemania.
Los
Empresarios.
El
donante de las tierras donde se asentó
la Colonia Tovar fue Don Manuel Felipe de
Tovar, y la empresa para el proyecto de fundación
y explotación de la Colonia se formó
con dos socios activos que eran: Agustín
Codazzi y Ramón Díaz, y un fiador
que fue Don Martín Tovar y Ponte.
Los contratos con los inmigrantes, tanto casados
como solteros, fueron firmados en Endingen,
en la Posada llamada Der Pfauen, ubicada a
pocos metros de la puerta de entrada de la
ciudad (Stadttor) enclavada en las aniguas
murallas de protección de la época
medieval.
El
largo camino a seguir.
El
18 de Diciembre de 1842 emprendieron a pie
el camino que los llevó hasta el cercano
río Rin, donde abordaron unas barcazas
que los condujo, aguas abajo, hasta la ciudad
y puerto fluvial francés: Estrasburgo.
Allí desembarcaron y durante 21 días
recorrieron a pié y con la ayuda de
algunas carretas el largo camino invernal
del norte de Francia hasta su llegada de Le
Havre.
Los inmigrantes en número de 391, partieron
del puerto francés de Le Havre, en
la Fragata francesa Clemente. Los inmigrantes
embarcados comprendían 240 hombres
y 151 mujeres.
La partida de Le Havre se realizó el
19 de enero de 1843, llegando a La Guaira
el día 4 de marzo, siendo sometido
el barco a cuarentena, con motivo de una epidemia
de viruela que se había declarado a
bordo.
El barco tuvo que dirigirse a Choroní,
donde se les había autorizado a permanecer
hasta completar la cuarentena.
La
Llegada.
El
31 de marzo iniciaron los colonos el viaje
desde Choroní hacia Maracay, de donde
siguieron algunos días después
hasta la Victoria, allí comenzó
el ascenso hacia la futura Colonia Tovar,
cargando la mayoría del equipaje en
bestias y continuando los colonos el viaje
a pié.
La
fundación.
Desde
la partida de Endingen habían transcurrido
112 días, hasta la llegada al Palmar
del Tuy, marcando el inicio formal de la Colonia
Tovar: lugar al que arribaron el 8 de abril
de 1843.
A los tres meses de la llegada de los colonos
se publicó en la Colonia Tovar el Prospecto
de Boletín bilingüe, español
– alemán, se fabricó la
primera cerveza artesanal de Venezuela, se
creó el primer jardín Botánico,
y estaban funcionando regularmente la escuela
y el dispensario.
El proyecto de colonización agrícola
de la Colonia Tovar fue previsto por Codazzi
como una empresa privada, de la cual se derivaría
un beneficio importante para Venezuela, como
era el desarrollo de tierras agrícolas
hasta entonces baldías.
La
Economía.
Durante
el Gobierno de Guzmán Blanco, comenzando
en 1870, logró la Colonia muchos progresos,
los cuales se reflejaron en la economía
de la misma. La próspera economía
del café indujo a los colonos a expandirse
fuera de los límites de la Colonia,
cultivando las tierras al norte de la cordillera.
Con el correr de los años, y a pesar
de numerosos contratiempos, los “Colonieros”,
denominación con la que desde un principio
se conoció a los descendientes de los
colonos alemanes, fueron intensificando el
cultivo de legumbres, verduras y frutas, que
se vendían bien en Caracas o en La
Victoria. Aprovechando así mismo la
magnífica calidad de las maderas en
las zonas próximas a la Colonia Tovar,
los Colonieros comenzaron la fabricación
de toneles que se vendían, especialmente
en La Victoria.
El
Turismo.
En
el año de 1964, durante el Gobierno
de Rómulo Betancourt, se decreta a
la Colonia Tovar y áreas adyacentes
como zonas de interés turístico,
mediante el Decreto Presidencial Nº 1165,
y a partir de entonces los diversos sectores
del Municipio Tovar se han ido integrando
al turismo.
Poco a poco y aprovechando las excelentes
condiciones climáticas de la zona,
así como la gastronomía propia
de su nativa Alemania, y la habilidad de los
Colonieros para la fabricación de toda
clase de artículos artesanales, fueron
comprendiendo los nativos de la región,
las espléndidas posibilidades turísticas
del valle.
El primer Hotel que se construyó fue
el Selva Negra, al cual siguieron el Kaiserstuhl
y el Drei Tannen. Posteriormente se construyeron
el Bergland, Alta Baviera, Edelweiss y muchos
más, convirtiendo a la Colonia Tovar
en uno de los primeros focos turísticos
del país y, sin lugar a dudas, el de
mayor ingreso per cápita de Venezuela,
en proporción a su población.
Sus
pobladores.
El
núcleo de la Colonia está hoy
compuesto por, aproximadamente, 8.555 personas,
siendo la población en realidad mucho
mayor, ya que en todo el Municipio Tovar contamos
con unos 16.000 habitantes, además
de la infinidad de personas han construido
casa de descanso o veraneo en este idílico
lugar.
En la Colonia Tovar, brillante y exitoso ensayo
de colonización, efectuado por un grupo
de venezolanos del siglo pasado, y llevado
a cabo por el tesonero esfuerzo y continuo
trabajo de aquellos Colonieros que dedicaron
los mejores años de su juventud, puede
disfrutar el habitante de nuestras pobladas
urbes, un lugar de aire limpio y fresco, no
contaminado y solazarse por algunas horas
o días en un ambiente que, años
después, posee muchas de las características
y peculiaridades de su Alemania originaria.